Quizás alguien haya leído o escuchado hablar sobre los contenedores de basura “inteligentes” que, además de enviar alertas a las empresas recolectoras, ayudan a optimizar las rutas de recolección en tiempo real y en base a los niveles de llenado. Así, no sólo se ahorra tiempo, sino también dinero y combustible.
Estos sistemas ya funcionan en varios países del mundo. Lo novedoso es cómo esta tecnología –aún incipiente por estas latitudes- pudo adaptarse a la realidad social de nuestro país. Este es el proyecto de la startup FlexBIT que, más allá de ofrecer al mercado tachos de basura conectados con IoT (por “Internet of Things“, o Internet de las Cosas), decidió incluir a las cooperativas de recolección.
Con seis contenedores instalados y ya funcionando en empresas de todo el país, Leónidas Ávila, fundador de FlexiBIT y miembro del Centro de Emprendedores de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), contó sobre la experiencia local. La empresa cobra 1500 pesos mensuales por dos contenedores, el acceso a la app y la recolección de residuos. De ese monto, 500 pesos se destinan a la cooperativa.
“Es importante desmitificar la complejidad de los desarrollos“, afirmó Ávila. “En este caso, sólo tomó dos meses implementarlo”.
La startup tuvo como partner de este proyecto a la empresa Microgestión, responsable de la app BOP, con la cual se les avisa a las cooperativas sobre los niveles de llenado de los contenedores.
Desde FlexiBIT, aseguran que este no será el único proyecto que combine IoT e inclusión social y adelantaron que, desde el gobierno porteño, ya los convocaron para acciones en escuelas y hospitales.